El movimiento de tecnología humana es una iniciativa en crecimiento dedicada a alinear la tecnología con las necesidades humanas en lugar de explotar las vulnerabilidades humanas con fines de lucro, como ha sido el modelo con demasiada frecuencia en el pasado. La tecnología humana está diseñada para ser socialmente responsable, proporcionando beneficios para los usuarios y la sociedad sin causar efectos negativos comúnmente observados, como la sobrecarga de información y la promoción de la discordia, el extremismo y la desinformación.
El movimiento busca cambiar la forma en que funciona la industria, alejándose de lo que algunos llaman la economía de la atención extractiva, que se basa en el dinero de las tecnologías que sobrecargan y explotan la atención del usuario. Otro enfoque importante de la tecnología humana es mitigar los problemas causados o exacerbados por las redes sociales, que incluyen la adicción digital, la polarización política y el aislamiento social.
El movimiento también busca mejorar la calidad del contenido que las personas encuentran para controlar la propagación de cosas como la desinformación, el discurso de odio y la propaganda y reducir su efecto en las personas y la sociedad. Esos esfuerzos podrían incluir exigir transparencia algorítmica y responsabilidad por los tipos de contenido que se comparten a través de una plataforma determinada.
Como parte de la tendencia tecnológica humana, muchos de los involucrados en el diseño de sistemas de explotación han comenzado a hacer campaña por la reforma de la industria. Guillaume Chaslot, por ejemplo, era un ingeniero de Google involucrado con los algoritmos de YouTube diseñados para mantener a los usuarios viendo videos el mayor tiempo posible. Chaslot habla abiertamente sobre los esfuerzos intencionales para hacer que los usuarios "se enganchen a la plataforma" en su calidad de asesor del Center for Humane Technology (CHT), así como por qué los algoritmos de YouTube "conducen a millones de usuarios a información divisiva y falsa". El Centro fue cofundado por Tristan Harris, ex especialista en ética del diseño en Google.