Las pruebas de coexistencia, similares a las pruebas de compatibilidad, son un método para medir la capacidad de varios dispositivos para interactuar en un solo entorno con ancho de banda limitado. A medida que aumenta la cantidad de dispositivos interconectados por radiofrecuencia (RF), la coexistencia se refiere a garantizar que el dispositivo inalámbrico de un usuario no afecte a otro dispositivo inalámbrico. Los impactos pueden variar desde pérdida de función hasta datos corruptos o señal interrumpida.
El primer paso de las pruebas de coexistencia es definir el entorno previsto en el que es más probable que funcione el dispositivo, como un entorno profesional, sanitario o doméstico. A continuación, se deben determinar las funciones principales, los protocolos inalámbricos asociados y las bandas de radiofrecuencia (RF) necesarias. Las pruebas comienzan modelando el entorno previsto e introduciendo interferencias para ver cómo reaccionan el dispositivo y las señales utilizando un analizador de espectro. Los tipos de configuración para las pruebas de coexistencia incluyen la imitación de un entorno abierto inalámbrico realista o la conducción de radiofrecuencia a través de una conexión de cable coaxial directa.
Durante las pruebas de coexistencia, los dispositivos se clasifican en función de cuatro niveles basados en el riesgo:
- Grandes riesgos asociados al fracaso de la convivencia.
- Riesgos moderados, como servicio retrasado o interrumpido, asociados con la coexistencia de dispositivos.
- Riesgo menor, como inconvenientes, asociado a la coexistencia de dispositivos.
- Riesgo insignificante cuando no se necesitan más pruebas.
Según el dispositivo y el nivel de riesgo devuelto, es posible que sea necesario rediseñar el producto antes de su lanzamiento. Los estándares de gestión de riesgos requieren que la tecnología inalámbrica se evalúe en relación con factores externos potencialmente peligrosos. La coexistencia de dispositivos se puede mejorar mediante múltiples técnicas, como la separación física, la asignación de frecuencias, los mecanismos de seguridad mejorados y la variación de la transmisión.
La razón más extrema para realizar pruebas de convivencia proviene del campo médico. A medida que más dispositivos médicos integran tecnología inteligente y se utilizan fuera de los entornos clínicos, es importante que no se interrumpa su funcionalidad crítica. Se han registrado casos de teléfonos móviles que han provocado la parada de las bombas de infusión o el control de marcapasos por fuentes no autorizadas. Los fabricantes deben probar que los dispositivos pueden funcionar cuando se introducen en dispositivos externos o interferencias para abordar las preocupaciones de seguridad, confiabilidad y mortalidad.
Utiliza materiales de
Las pruebas de coexistencia se pueden aplicar a una amplia gama de casos de uso, todos de gravedad variable.
- Garantizar que los dispositivos médicos interactúen pacíficamente con otros dispositivos médicos en un entorno clínico o comercial.
- Prueba de la funcionalidad del sitio web en una variedad de navegadores y dispositivos.
- Ejecución de aplicaciones en una variedad de sistemas operativos (SO) y versiones.
- Análisis de compatibilidad o integración de varios software.
- Examinar que los dispositivos de IoT o las configuraciones de hogares inteligentes funcionan de forma independiente en una red.