Ley de consecuencias no deseadas

La ley de las consecuencias no deseadas es un fenómeno observado con frecuencia en el que cualquier acción tiene resultados que no forman parte del propósito del actor.

Las consecuencias superfluas pueden o no ser previsibles o incluso observables de inmediato y pueden ser beneficiosas, perjudiciales o neutrales en su impacto. En el mejor de los casos, una acción produce tanto los resultados deseados como los beneficios no planificados; en el peor de los casos, sin embargo, los resultados deseados no se materializan y hay consecuencias negativas que empeoran el problema original.

Ejemplos de la ley de las consecuencias no deseadas en juego:

Una empresa exige mecanismos de seguridad, como contraseñas seguras o autenticación multifactor, para proteger los datos confidenciales. Sin embargo, debido a que las nuevas contraseñas son demasiado difíciles de recordar o los procedimientos demasiado engorrosos, los usuarios encuentran formas de eludir los mecanismos, como escribir contraseñas en notas adhesivas en el monitor.

En los Estados Unidos, la Ley Patriota amplió el poder de las agencias gubernamentales y de aplicación de la ley para monitorear e interceptar los datos de los ciudadanos privados. Una consecuencia no deseada fue la renuencia de las empresas y las personas a permitir que sus datos se almacenen en los EE. UU.

A medida que se desarrollan las comunicaciones de máquina a máquina (M2M) y la Internet de las cosas (IoT), un número cada vez mayor de dispositivos tiene la capacidad de transmitir datos a través de una red. Sin embargo, estos dispositivos suelen ser cosas que tradicionalmente no han tenido la capacidad de comunicarse y, como tales, no tienen mecanismos de seguridad para protegerlos. Una consecuencia no deseada son los ataques de seguridad a los dispositivos de IoT, que han incluido un pirateo de bombillas.

Los factores que reducen la probabilidad de consecuencias no deseadas incluyen una comprensión de los sistemas involucrados, una planificación cuidadosa y una atención a los detalles durante la ejecución. En los últimos años, la ley de las consecuencias no deseadas se evoca a menudo en referencia a sistemas complejos que, por definición, no pueden entenderse completamente. Como resultado, cualquier acción que involucre un sistema complejo seguramente tendrá consecuencias no deseadas.

En esta charla TED, el historiador Edward Tenner analiza la brecha entre nuestra capacidad para innovar y nuestra capacidad para prever las consecuencias: