Dispersión de fondo de Wi-Fi es una tecnología de comunicaciones de baja potencia que utiliza señales de radiofrecuencia (RF) como fuente de alimentación y reutiliza la infraestructura Wi-Fi existente para proporcionar dispositivos alimentados por RF con conectividad a Internet.
La tecnología consume significativamente menos energía de la que normalmente requiere Wi-Fi, porque utiliza Wi-Fi como portador de sus propias señales. Al reflejar selectivamente las señales de RF existentes, la tecnología puede proporcionar dispositivos que funcionan con baterías, como sensores, con conectividad Wi-Fi, al tiempo que elimina la necesidad de que la batería del sensor se recargue o tal vez incluso exista. Las señales reflejadas, que se denominan retrodispersión, crean un patrón de señales más fuertes y más débiles que pueden detectarse entre las señales Wi-Fi originales mediante enrutadores Wi-Fi especialmente sintonizados.
La capacidad de red de baja velocidad de bits y los requisitos de baja potencia de la retrodispersión Wi-Fi la hacen adecuada para aplicaciones como Internet de las Cosas (IoT), WSAN (redes inalámbricas de sensores y actuadores), máquina a máquina (M2M) trabajo en red y Computación alimentada por RF. La investigación para el desarrollo de la tecnología está siendo financiada por la National Science Foundation, la Universidad de Washington, la Universidad de Washington Commercialization Gap Fund, la Qualcomm Innovation Fellowship y la Washington Research Foundation.