El contenido inteligente es una adaptación de texto digital, imagen, video, audio o datos multimedia con codificación agregada que permite que se procese automáticamente para varios propósitos y se adapte para el acceso a través de diferentes dispositivos e interfaces.
El proceso de creación de contenido inteligente implica la eliminación del formato y la adición de metadatos semánticos. Los metadatos resumen información básica sobre los datos, lo que puede facilitar la búsqueda y el trabajo con instancias particulares de datos. Por ejemplo, autor, datos creado y fecha modificada y tamaño de archivo son ejemplos de metadatos de documentos muy básicos. Tener la capacidad de filtrar esos metadatos hace que sea mucho más fácil para alguien ubicar un documento específico.
El contenido inteligente está estructurado con etiquetado de metadatos para hacerlo modular y permitir el ensamblaje automático, la conversión de formato y la entrega. Los metadatos agregan información significativa a segmentos del contenido, lo que los hace adaptables, detectables, configurables y reutilizables.
Según Gerry Brown de Bloor Research, la inteligencia de contenido es una combinación de inteligencia empresarial (BI) y gestión de contenido (CM) que puede permitir a las empresas aprovechar sus volúmenes cada vez más grandes de datos no estructurados.