El comercio sin fricciones es un método de utilizar datos de dispositivos, aplicaciones y sitios web para integrar oportunidades de compra de la forma más sencilla y fluida posible en las actividades cotidianas y los entornos naturales de los consumidores. El objetivo del comercio sin fricciones, también conocido como comercio contextual, es que cualquier cliente compre un producto o servicio cuando y donde lo desee con la menor cantidad de clics u otros pasos posibles.
La teoría del comercio sin fricciones hace que los consumidores que no necesitan tomarse más tiempo para pensar en lo que están comprando o cómo lo están comprando pueden estar más dispuestos a realizar una compra mientras utilizan un sitio web de comercio electrónico. Por ejemplo, registrarse o iniciar sesión en un sitio de venta minorista que requiere demasiados pasos crea fricciones no deseadas, lo que puede hacer que el comprador abandone su carrito de compras en línea.
Los avances en las tecnologías de teléfonos inteligentes, sociales y basados en la ubicación, los sistemas de pago móvil y la disminución de los costos de la tecnología a lo largo del tiempo están ayudando a expandir el concepto de comercio sin fricciones. Las compras con 1 clic de Amazon en su sitio web de escritorio ofrecieron un ejemplo temprano de un proceso transaccional rápido y simple.
Las empresas que brindan un comercio sin fricciones a través de aplicaciones móviles incluyen Uber, Lyft y Starbucks, que tienen conectividad de tarjeta de crédito integrada en sus aplicaciones; Square, que tiene sistemas de pago sin fricciones; y Apple, que tiene sus propios mercados. Otros tipos de comercio sin fricciones incluyen los botones de compra por clic de Amazon Alexa, Pinterest e Instagram que fomentan la compra impulsiva en la aplicación.
A pesar de los avances en el comercio sin fricciones, incluso las partes esenciales del proceso de compra en línea, como las medidas de seguridad, crean pasos adicionales, por lo que sigue existiendo presión para reducir las fricciones en general. Como resultado, los desarrolladores ahora están buscando nuevas tecnologías para hacer que la experiencia del cliente sea más fluida. Un ejemplo son las tecnologías de reconocimiento de voz, como el reconocimiento automático de voz, que funciona con la comprensión del lenguaje natural para permitir que las máquinas conviertan el habla en texto y procesen el significado de las frases.
Las tecnologías inmersivas como la realidad virtual (VR) también tienen potencial para futuras aplicaciones de comercio contextual. Las empresas pueden utilizar los cascos de realidad virtual para ofrecer a los clientes un recorrido virtual por su tienda en línea para ayudar a los clientes a probar los productos. Estas nuevas tecnologías tienen como objetivo hacer que las compras en línea sean lo más sencillas posible para los clientes impulsivos y cuidadosos.