La asistencia al conductor, también conocida como sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS), son tecnologías que se utilizan para hacer que los viajes en vehículos de motor sean más seguros al automatizar, mejorar o adaptar algunas o todas las tareas involucradas en la operación de un vehículo.
La asistencia al conductor sirve para que el viaje sea más cómodo y sencillo, al tiempo que aumenta la seguridad del automóvil y la carretera. Si bien algunos sistemas ayudan con la tarea de conducir, otros alertan al conductor sobre errores o peligros, como la detección de cambio de carril y la detección de somnolencia. Además del control del vehículo, la asistencia al conductor también puede referirse a tareas de conducción secundarias, como búsqueda de ubicación, planificación de rutas y detección de obstáculos.
La asistencia al conductor involucra tanto sistemas simples como frenos antibloqueo como sistemas complejos como el hardware y software totalmente autónomos que operan un automóvil sin conductor. Los sistemas más complejos que toman el control del automóvil incluyen tecnologías como visión artificial, inteligencia artificial (IA), radar, láseres y diversas tecnologías de detección de posición.
Ejemplos de sistemas de asistencia al conductor incluyen:
- Detección de somnolencia
- Detección de salida de carril
- Control de crucero adaptativo
- Sistemas de frenos antibloqueo
- Sistema de Posicionamiento Global (GPS)
- Sistema Globalnaya Navigatsionnay Sputnikovaya (GLONASS)
- Sistemas de prevención de accidentes
- Frenado automático
- Detección de puntos ciegos
- Asistencia de descenso
- Control de velocidad inteligente
- Control de luz adaptativo
- Vision nocturna
La asistencia al conductor es un campo en desarrollo. En particular, la asistencia a la conducción avanzada plantea algunas preguntas sin respuesta, tanto técnicas como éticas. Si bien las inquietudes técnicas se pueden abordar con mejoras en las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, las inquietudes éticas pueden ser más difíciles de abordar. Situaciones difíciles como la seguridad de los ocupantes frente a los peatones plantean cuestiones morales sobre el futuro de los sistemas de conducción autónoma. Empresas de tecnología como Google se han asociado con fabricantes de automóviles como General Motors y Ford para liderar investigaciones, investigaciones o discusiones en curso sobre estos dilemas éticos. Proyectos académicos, como Moral Machine del MIT, también han abordado el tema con la esperanza de que la recopilación de perspectivas humanas guíe las decisiones morales tomadas por la inteligencia artificial.